martes, 20 de octubre de 2015

El Pendiente

Hoy he perdido un pendiente. Estoy en duelo, no por el pendiente, esta siendo un años de muchas perdidas, muy dolorosas. Me siento y estoy enfadada, dolida, furiosa, frustrada, e impotente. Que difícil es la aceptación, que dura es la injusticia,….

¿Habéis perdido cosas, personas,…? 
Supongo que sí como todas y todos. 
¿Os ha dolido?
¿Qué es lo que os ha dolido?

A mi me duelen todas las perdidas que he tenido a lo largo de mi vida, no es el pendiente, este me remonta al momento en el que me lo regalo, a la persona, las circunstancias en las que yo estaba y las que me rodeaban.

Desgraciadamente o tal vez afortunadamente la cosa no se que da ahí, ya me ha pasado otras veces.

Esta insignificante perdida me conecta con otras más grandes y mi dolor se multiplica infinitamente. Me pregunto sino será más que mi dolor, tal vez el dolor de mi madre, de mi abuela,…. 
Dolor de mujeres….

¿Por qué estoy llorando? Por lo de hoy, por el pasado, y quizás por el dolor  del futuro.

Poco importa, el dolor es mío, tanto del pasado, como presente o futuro, es el fruto de mi existencia, sin dolor no podría entender la vida, mi vida, no apreciaría el estar bien, serena, tranquila, en paz, así como la alegría de vivir.

Soy muy consciente de que este es el llanto de mi niña, tengo que dejarla llorar, tiene que liberar su dolor, así libero el dolor del pasado, del presente y tal vez el futuro.

El miércoles pasado nos mando un trabajo Eskar que consistía en decir que me gustaría cambiar, transformar, crear.

Me gustaría sentirme como me sentía cuando escribí el trabajo, como muy bien dijo Julia y yo lo suscribí todo estaba bien y era perfecto, aunque ella como mujer muy sabia que es, dijo que ese estado no es posible tenerlo durante todo el tiempo.
Como yo me creo muy sabia, le comente que daba la sensación de que había un aro de pesimismo en su discurso, que también era el mío, lejos de la realidad, como ella me comento solo era realismo, tengo que darle la razón y las gracias.

Aunque después de escribir esto diría que hasta cierto punto, el sol siempre vuelve a brillar después de una chaparrada más o menos intensa.


En este estados de animo, no me he dado cuenta del sufrimiento que aporto a las personas que están a mi lado y con las que a veces pago mi estado de animo sin que ellas sean parte.
Texto original de: Mª Asun Contreras