martes, 15 de enero de 2019

Hijas del Patriarcado

Todas y todas somos hijas e hijos del patriarcado, los hombre también.
Hay que conocer y estudiar la historia para ver de quien, de donde, y como vienen esos mitos y arquetipos, que cuenta la religión, los cuentos, las leyendas, las tradiciones… y que son la base de las creencias de las mujeres y hombres que somos, y que trasmitimos e inculcamos a nuestras hijas e hijos sin cuestionarlos.
El conocerlos y reconocernos en ellos nos permitirá dar un paso para saber lo que queremos y lo que no queremos en nuestras vidas y en las de nuestras hijas e hijos, para que seamos ser más libres.


Me centrare en los arquetipos de Lilith y de Eva ya que son una representación del patriarcado y de la religion-cultura judío-cristiana, no importa lo creyentes o no que seamos, porque todo nuestro ámbito esta impregnado de estas religión  cultura, juicios, prejuicios…
La mayoría de las mujeres no conocen a Lilith, esta en el génesis como la primera mujer de Adán antes que Eva y a las dos les va mal con Adán. 
Las dos mujeres de Adán que actúan diferente y toman caminos diferentes. Son dos modelos muy extremos.
Lilith le pide a Adán tener otra posición sexual y no siempre estar debajo y él no cede y ella se va. Esto es simbólico, aquí se esconde el autorreconocimiento femenino como seres humanos iguales.
Lilith es sensual y bella, y esto de sensual no esta bien visto, ya que la mujer no puede tener apetencias sensuales, y el hombre sí, ella solo esta para procrear. Es la gran rebelde, la mujer que no se calla que se atreve a decir “no”, que se rebela y también es la primera mujer que deja al hombre, porque no quiere ni ser, ni estar sometida a su yugo; y cuando la mujer ejerce su derecho a tomar las riendas de su vida es señalada, apedreada, expulsada y acallada; esto es lo que nos a llevado a que en la historia de la humanidad las mujeres pasemos de puntillas, sin reconocimientos de nuestros logros, no somos reconocidas, ni como escritoras, poetas, pintoras, científicas, cocineras, matemáticas y un largo y silenciado etc. Como esto parece ser poco nos demonizaron y nos convirtieron en brujas.
Ser bella, sensual y poderosas para escoger las riendas de tu vida es malo.



Eva es la culpable de todo, por dar de comer la manzana del conocimiento a Adán, esto también es simbólico, al hombre le cuesta dominar sus propios impulso sexuales y tomo por la fuerza lo que no sabe conseguir de otra manera, pero la culpa es de la mujer por que le provoca por todo y para todo, además tiene miedo del poder de creación-engendrar de la mujer, nunca sabe si esos hijas e hijos son suyos por eso los abandona, los mata, los secuestra… Así que es la gran culpable y provocadora de la tentación.
Entonces Dios nos castiga por la desobediencia de Eva, a parir con dolor, obedecer al hombre y desear solo a un hombre, el hombre puede desear a todas las que quiera. Con esto tuvo la justificación para castigarnos durante siglos por las infidelidades y convertirnos en su propiedad. Además comenzamos a competir unas con las otras (misoginia, celos, envidias) para elegir el mejor partido.
La misoginia comienza con Lilith y Eva y no es exclusiva de los hombres.

Las dos quedan separadas de Dios por sus pecados, y si ese dios no fuese un dios sino una DIOSA ¿como seria nuestra historia?
Así que con Eva solo nos identificamos como pecadoras y con Lilith tampoco queremos identificarnos porque era la culpable de la muerte de los niños en la cuna y de llevarse a todos los hombres y demonios a la cama.
Esto no significa que seamos como ellas, aunque si tenemos ambos aspectos y tenemos que integrar las dos mitades. La unión equilibrada de las dos es el objetivo para una vida más plena.



Lilith fuerte, libre y decidida, no la bruja-demonizada y acallada.
La aportación de Lilith representa es la reivindicación de la mujer. 
Eva no la sumisa y obediente muñequita de Adán, sino la conocedora del saber, ya que identifica lo que le conviene y es generosa y lo comparte.
La aportación de Eva seria que de nuestras bocas no salga veneno en contra de nuestras iguales, aunque no todas queremos lo mismo. 
Mirémonos y tratémonos con respeto y dignidad y habremos herido al patriarcado, no le sigamos haciendo el juego al patriarcado ya que no hay necesidad de ser rivales, ni oprimir, ni ser opresoras.
Como el poder (económico, enseñanza-conocimiento, político, religioso, jurídico, …) ha estado ejercido por el hombre y aun esta mayoritariamente ejercido por él, y es hombre, el que tiene que observar, ver y reconocer que es parte de esta lacra de opresión y atreverse a movilizarse a favor de unos cambios que nos favorecerán a todas y todos.
La lucha no es contra el hombre. Necesitamos hombres que lo entiendan, lo compartan y luchemos juntas y juntos por una vida mejor y más plena para todas las personas sin importar ni sexo, ni genero, ni edad, ni religion, raza, etnia, … 
La lucha no es ni contra los hombre y entre las mujeres, la única y verdadera lucha es la que cada una y uno libra interiormente.
Texto original de: Mª Asun Contreras