jueves, 29 de septiembre de 2011

La niña con un estilo cuidadora

Lo que yo tengo de esta niña: Era una niña buena que me mostraba agradable por miedo a las consecuencias.

Sabía lo que quería o necesitaba algunas personas sin que me lo dijeran, aunque la persona más importante en el mundo de una niñas es la madre y yo nunca he entendido a mi madre, ni comprendido, ni he sabido lo que quería, ni necesitaba y cuando he pensado que lo sabía, mi madre siempre me ha demostrado y me ha dejado muy claro que no era así.
Me gustaba estar con las personas con las que yo me sentía bien, segura, querida y a salvo.

No recuerdo haberme sentido atraída por personas con problemas, ni dándoles consejos, porque ya eran bastantes los que yo tenía.

Soy muy sensible, y sí todo me conmueve, y si he experimentado esa sensación de dicha al ayudar y sobre todo si es a la familia y con eso he sido chantajeada y manipulada durante mucho tiempo sin ser consciente de ello.
Siempre he apoyado y he protegido, pero no siendo bondadosa, ni ayudando a todo el que lo necesitara, si no por pura justicia. Recuerdo una conversación que yo tuve con mi padre alrededor de los ocho años, no recuerdo bien el motivo por el que salió el tema solo recuerdo que si yo tendría que salvar a mi hermanito pequeño o a mi papa a quien salvaría, yo dije a mi hermanito y eso que yo adoraba a mi padre. Recuerdo la cara de asombro de mi padre, le sorprendí, no supo que decir.

En mi no era una constante ayudar a las personas a sentirse cómodas y atractivas, en cambio ahora sí que lo es porque ese tipo de energía me favorece, me hace sentirme bien.
No es que me costase mostrar mis sentimientos hostiles, ni tener contacto con mi enfado, era mejor no mostrar dependiendo con quien y en qué circunstancias.

No nunca me acostumbre a hacer a los demás lo que creía que les gustaría.
 
Si siempre haces las cosas mal te acostumbras y lo extraño es lo contrario.
El perfeccionismo es algo que no sé cuando se implanto en mí, pero no lo relaciono con mi niña si no más como adulta.
Sí para mí es muy importante gustar y para mi niña insegura también. El mundo de las relaciones no era mi fuerte, el de los sentimientos siempre lo ha sido.

No recuerdo adaptar mi personalidad para ajustarme a la persona con la que estabas, me parece más propio de adultos.
No recuerdo hacer estado en ninguna situación donde tendría que contenerme para dar o no dar mi ayuda y mi apoyo.

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