sábado, 24 de septiembre de 2011

La visualización

La puerta era una puerta de madera como las de los pueblos en los que yo pasaba los veranos, pintada de azul añil, era un poco pesada para los brazos de una niña, pero la he abierto con facilidad. Nada más entrar he visto la escalera de caracol, esas escaleras siempre me han gustado mucho, aunque también me dan  un poco de miedo bajarlas porque se ve el final y me da un poco de vértigo, aunque en el fondo me encantan tienen algo que me atrae.

La escalera es de madera barnizada en un tono como de roble, los peldaños son de colores como el arco iris. Empiezo a bajar y miras los fotogramas de cuando yo era tan solo un bebé, mi primer flas, estoy con él que yo le considere por mucho tiempo mi abuelo paseando por las vías del tren, me siento tan bien soy tan feliz, al igual que cuando cantaba y baila subida en la barra de alguno de los bares que frecuentaba mi papa.

Segundo peldaño, me preguntan que quiero que sea el bebé que viene en camino, está claro no puede ser otra cosa más que una niñas, que preguntas más tontas hacen los adultos. Es una mañana preciosa del mes de julio, más concretamente el 28 de ese mes. Hace veintiún días ha sido mi cumpleaños, he cumplido cinco añitos, pero hoy es un día distinto algo flota en el ambiente, mi madre me está leyendo un cuento de princesas en la terraza, por la tarde a mi hermano mayor lo llevan al cine y yo voy a la campo con mi abuela, nos ha venido mi tío a buscar, ya está aquí, ya ha nacido, pero no puede ser, me dicen que es un chico. ¿Por qué los adultos siempre se entretienen fastidiando a los niños?  ¿Por qué te hacen preguntas mal intencionadas? No lo entiendo. En cuanto lo vi dejo de ser importante lo que era, porque era lo más maravilloso que yo había visto en mi vida. Era blanco como la leche con unos carrillos sonrosados y su pelo era color zanahoria, precioso de verdad.

Tercer peldaños que ilusión voy al cole, que desilusión me siento torpe y excluida, solo me dejan cuidar de los niños más pequeños, ni tan siquiera puedo dar las clases de piano que tanto me gustan. Siempre estoy huyendo del cole, de mi casa por las continuas broncas de mis padres. Mis refugios mi papa cuando esta ya que él me libera de las garras de mi madre, mi abuela que le dice que no me pegue, la casa de mi tía, y mis aventuras por las calles de mi barrio.

Cuarto peldaño se ha acabado el cole y nos vamos a un pueblo cerca de pueblo donde nació mi padre, su padre, o sea mi abuelo fue maestro en este pueblo, yo no conocí a mis abuelos paternos, mi papa se quedo huérfano de pequeño. Es estupendo: perros, vacas, gallinas, ovejas, conejos, campo, arboles…. Nuevos amigos, pero los niños del pueblo no quieren jugar con los veraneantes. Me preguntan ¿a quién quieres más a papa o a mama? Los adultos son malos, yo conteste a papa y menuda la que se organizo, mama no me lo va a perdonar nunca.

Quinto peldaño voy a hacer la primera comunión quiero un vestido blanco como la de las princesa de los cuentos con un peinado de tirabuzones y una corona, guantes blancos y bolsito, y además quiero que me regalen una muñeca igual que yo. Qué gran decepción no hay vestido las niñas del colegio de las franciscanas van todas vestidas de mojas, tampoco hay muñeca, estoy muy enfadada y mama me hizo creer que sería como yo quería y luego no se qué escusas que si dinero, que si el cole, en fin. Por lo demás el día no estuvo mal aunque yo seguía enfadada y lo demuestro en las fotos. Tuve que sacarme fotos con mi hermano el mayor cosa que no me gusto y probé los percebes que me encantaron. Me regalaron un reloj de oro que me gusto muchísimo y siempre lo llevaba a escondidas de mi madre hasta que ese verano lo perdí  y mi madre me dio una buena, pero no era necesario porque yo ya estaba muy disgustada por la perdida y por la que me venía encima.

Sexo peldaño mis primas vienen a llevarnos al parque a mi hermano el peque y a mí. No las conozco, me traen un par de cuadros con unos dibujos de ellas me han encantado y lo he pasado muy bien, nos han comprado barquillos y vendrás otro día, así ha sido, soy preciosas y yo quiero ser como ella. Se han cortado el pelo a lo grazon, están guapísimas. No sé qué ha pasado, no vienen más.

Séptimo peldaño estamos en la cama jugando con mi papa, suena el teléfono la abuelita a muerte. Estoy muy triste, mi mama se enfada con mi hermano el mayor no sé muy bien porque, algo de la música, el duelo, que si estaba alta y que si los vecinos que iban a pensar. A partir de aquí hay muchos cambios. Mi mama hace obra en casa, y casi la quema, ya que tiene que cocinar durante unos días en el salón, papi construye una chimenea, a mi me ponen un cuarto para mi sola, las noches son tristes, mis hermanos están juntos, y mis padres también, yo estoy sola. Mi refugio y escondite de la despensa desaparece.

Octavo peldaño en casa siempre hay discusiones por todo: por dinero, por que alguno de nosotros ahecho o no ha hecho tal y cual cosa, porque mama dice que papa llega muy tarde a comer,…algunas son muy gordas, y siempre parece que hay bandos, yo por supuesto estoy en el de papa junto con mi hermano el mayor. Una vez fui a consolar a mi mama, pero se puso como una furia conmigo y ya nunca más se me ocurrió volver, siempre me dice que no la defiendo a mi no me parece que tiene razón. Un día le dije a mi hermano el pequeño que fuese a consolarla, él tendría tres añitos o algo así, estaba muy asustado y no quería ir yo le convencí y desde entonces se convirtió en su paladín o su príncipe azul.

Noveno peldaño un día cuando fui al baño me encontré con mi primer pelito, sentí una sensación de desagrado, eso tenía que estar siempre limpio, y perfecto, pero fue peor cuando un día al volver del cole tengo sangre en la braguita, me asuste muchísimo.

Decimo peldaño ha sido fantástico estar otra vez reunidos todos. Recordando grandes felices y horribles momentos, todos mezclados como en una tragicomedia. No tengo ni nostalgia, ni resentimiento, y he perdonado a todos los que me pudieron hacer mal consciente y inconscientemente y muy especialmente a mi mama. Mi niña sonríe y está feliz, entre sus manitas tiene una especie de cajita-cofre de nácar con un cierre con candado dorado y brillante que me lo entrega, el candado está abierto y me hace señas para que abra la cajita-cofre, por dentro es de un rojo intenso donde guarda su mayor y más valioso tesoro su corazón palpitante rodeado de todos sus sueño, fantasías, ilusiones, juegos, secretos, tesoros….

Texto original de: Mª Asun Contreras

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