sábado, 26 de noviembre de 2011

La niña con estilo aventurero

Me sentía feliz la mayoría de las veces, con una tendencia a escapar de mi ambiente familiar. Disfrutaba en ambientes naturales.

Me encantaba ser la estrella, el centro de atención, aún y cuando no fuese la que mejor cantaba, o bailaba,…

Disfrutaba de las visitas inesperadas ya que todas me resultaban interesantes y además me sacaba de lo rutinario, monótono.    
Guardaba todos los objetos que para mí era relevantes o fascinantes, como piedras raras, conchas, entradas de cine, monedas, cromos, tabas,…

Desde el todo era jugar siempre estaba risueña y a gusto con migo misma y con lo que el mundo me ofrecía.

Tenía mucha curiosidad y me gustaba escuchar historias familiares o chistes y contar cuentos, tenía mucha fantasía e imaginación.  

Disfrutaba haciendo cosas diferente, buscar y encontrar cosas nuevas y excitantes que se salieran de lo cuadriculado y milimetrado y que me sacaran de mi ambiente que era muy estricto y restringido.

Cuando quería algo utilizaba mi capacidad innata de cautivar.

Me sentía apoyada y querida, y para mí, mis actuaciones eran brillantes.

Con un espíritu libre, superaba los problemas y evitando estar en la angustia y el sufrimiento.

Me gustaba tener a mi hermano y a mis amigas entretenidos divirtiéndose.

Sabía defenderme  y evitaba las peleas si no acababan con mi paciencia.

Tenía una madre muy estricta y la mentía porque me sentía acorralada.

No tomaba decisiones con facilidad me sentía confusa y ambivalente. Podía decir que si pero por dentro estaba asustada.

Lo rutinario me aburría, me gustaban trabajos espontáneos, variados, diferentes…

Texto original de: Mª Asun Contreras

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