domingo, 9 de octubre de 2011

La niñas con un estilo ganador desde lo positivo

No he dejado hablar a mi niña sana, he hecho una proyección de lo que yo valoro ahora como adulta.

 Mi mente era muy buena en la menoría, recordaba todo los acontecimientos familiares importantes, o cosas que ocurrían, me sabia todos los modelos de los coche así como los colores de las matriculas de extranjero, me aprendía las canciones de memoria en seguida y me encantaba cantarlas, y bailarla, era muy buena con la imaginación, construía toda una serie de escenarios y mil una aventuras, tenía mucha fantasía, la voluntad de querer hacer cosas nuevas, experimentar nuevas sensaciones, razonar exponía mis razones con una ética de justicia, desde muy pequeña.

Mis interese  se centraban en el descubrimiento de cualquier acontecimiento que tenía lugar en la naturaleza, por eso me fascinaban los veranos, ya que en el campo había un sinfín de animalitos que descubrir y con los que jugar, sitios recónditos donde esconderse…. y  fenómenos naturales que hacían volar mi imaginación. Otros intereses eran los dibujos y colorear, la escritura, la tele y la lectura,  que avivaba más mi imaginación, me gustaba mucho los cuentos y las historia, de mi padre, de mi abuela y las de mi madre.

Sí que era apta, por lo menos para sobrevivir en un ambiente nada armonioso y carente de figuras de referencia positiva. Había innumerables cosa a las que me adapte, de pasar de ser la peque, a ser la mediana. A una operación de amígdalas en vivo y en directo, mi padre cuando vio al médico lleno de mi sangre se puso pálido, y pensó lo peor contados después por él, mi madre en cuanto lléganos me metió en mi habitación bajo la persiana y dijo que no me molestaran, yo en cambio me sentía pletórica y no quería estar así. A la muerte de mi abuela y todos los cambios que eso conllevo. A las peleas constantes de mis padres. A un incidente: mi padre quería enseñar a conducir a mi madre y acabamos en la cuneta, mis padres, mi hermano el peque y yo, antes de llegar a la cuneta yo veía que eso iba a pasar, necesitamos ayuda para sacar el coche. A no seguir dándome clases de piano. A no llevar el vestido de princesa que quería para mi primera comunión.  A un accidente en que casi pierdo la vida y que tuvo un coste muy alto ya que perdí un oído,…. Los niños son por naturaleza adaptables y yo como todos los demás.

La verdad es que ahora me leo a mi misma y no sé en que estaba pensando para poner las cosas que puse y eso que siempre tengo la precaución de volver a repasar todo lo que pongo, será enajenación  mental transitoria. Este no es el perfil con el que más me identifico, por eso igual me resulto más difícil hacer el trabajo y más fácil hacer la lectura desde mi mirada de adulta valorando todo lo carencial.

Mi constancia era en mi rebeldía acallada, mi manera de rebelarme ante lo que no me gustaba, que era silenciosa pero expresiva, a mí manera. Yo hice la comunión vestida de moja cosa que a mí me disgusto en extremó, porque yo quería ir de princesa, así que mi forma de protestar fue salir en todas las fotos con el dedo gordo de la mano izquierda encogido. Mis revoluciones eran silenciosa y en eso si que era constante, hacer piras del cole, falsificar la firma de mi madre en los justificantes para el cole….También en cuidar a mi hermano y protegerlo en el cole o en el verano cuando estábamos en el pueblo, de otros niños que le tiraban piedra o le querían pegar. Era constante construyendo un mundo de fantasía e imaginación para mi hermano y para mí.

Estaba ocupada intentando no quedarme retrasada con respecto a las demás niñas (pronto dejo de importarme). Le comunicaron a mi madre que yo era disléxica, yo no tuve conocimiento de esto hasta que tuve unos treinta o treinta y tantos. Me cambiaron de cole, y allí encontré a una excelente maestra que supo motivarme, entonces los logros sí que fueron importantes ya que yo tenía que leer en voz alta, cosa que para mi suponía un gran esfuerzo, mi mente corría más que mi voz y transformaba las palabras aunque decía lo mismo de forma distinta, me sigue ocurriendo ahora, así que a veces me atasco. Tenía que recitar poesías para la Virgen, se escogía a la niña que iba a recitarla la poesía entre toda la clase,  jugar a baloncesto donde me decían que era muy buena en defensa, mundo fascínate que yo descubrí con la señorita Begoña desde aquí le doy las GRACIAS

Mi niña era confiada cuando estaba con mi padre, mi abuela y mis tíos, mi madre, me provocaba inseguridad debido a sus cambios de humor. Más que las cosas, eran las personas las que me daban confianza.

 No sé si tenía habilidades para  inspirar, lo que es seguro es que si que inspiraba cosas, porque siempre que interactúas con otras personas inspiras. A mi hermano le inspiraba con mis historias y fantasías, a mi padre inspiraba sorpresa con respuesta que él no esperaba, o con mi tranquilidad al salir del médico después de operarme de la garganta, o cuando tuve el accidente y tenia hemorragias que no se me detenían y lo tranquila que se me veía, a mi madre la inspiraba amor y desazón por habré dicho que quería más a mi padre que a ella, y no ser o llegar a sus expectativas, a mi abuela deseos de protegerme y a mi tía le inspiraba ternura y cariño tal vez porque ella no tuvo hijos, a mi hermano el mayor celos, los cuales eran su demostración de amor para protegerme de sus amigos, creo que era más inspiradora de lo que yo a primera vista pensaba y sentía. A la señorita Begoña debí de inspirarle algo más que el mero hecho de cuidar a sus hijos, porque invirtió mucho tiempo, paciencia  y dedicación en enseñarme….

Recuerdo una vez que convencí a mi hermano que tendría unos cuatro o cinco de salir de nuestros escondite, después de una fuerte bronca de mis padres, con gritos y portazos,….etc. para que fuera a consolar a mama ya que yo nunca conseguía hacerlo de una manera que a ella le agradase, me había echado más de una vez, no fue nada sencillo ya que tenía miedo y estaba bastante asustado, así que si debía de tener esa habilidad. Convencer a mi padre se me daba mejor que a mi madre ya que tenía un éxito dispar, recuerdo veces en que si y otras en que no, con el que no tenía mucho éxito era con mi hermano el mayor.

Lo de preparar también se me daba bien además me gustaban los preparativos porque eso significaba cambios, el árbol de navidad y la mesa para las distintas celebraciones, las cosas para ir al cole (forrar los libros), las cosa que llevaríamos al pueblo para pasar las vacaciones,…

Mi meta era que mis padres se llevasen bien, aunque más que una meta era un deseo y una necesidad.

Sí que era una niña organizada, sobre todo en los cajones y armarios de la ropa y mis objetos personales, mis juguetes,….

Destacar siempre es para los demás, o uno puede destacar para uno mismo, supongo que no, así que yo destacaba en cuidar niños más pequeños que yo. En conducta y comportamiento en el colegio era formal y callada. Buena defensora en el equipo de baloncesto. Jugando a la goma, escondiéndome en los diferentes juegos,…

Texto original de: Mª Asun Contreras

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